El token WLFI, del proyecto World Liberty Financial y vinculado al expresidente estadounidense Donald Trump, ha experimentado una extrema volatilidad tras su lanzamiento, con caídas de precios de entre el 30% y el 40% que han ocasionado pérdidas millonarias a los inversores. Para contrarrestar el desplome, el proyecto ha propuesto una quema de tokens financiada con las comisiones del protocolo, una medida que busca reducir la oferta y estabilizar su valor. La caída del token WLFI ha sido drástica, convirtiéndose en el noveno activo con peor desempeño según la opinión de los inversores.
Grandes tenedores, conocidos como "ballenas", perdieron sumas significativas debido a su desplome de más del 40%.
Esta situación es representativa de la alta volatilidad y el riesgo asociado a las criptomonedas de nicho, especialmente aquellas ligadas a figuras políticas, conocidas como "PoliFi".
En respuesta a la crisis, World Liberty Financial propuso una medida deflacionaria: utilizar todas las comisiones generadas por el protocolo para recomprar y quemar tokens WLFI. El objetivo de esta estrategia es reducir la oferta circulante del token de manera sistemática, con la expectativa de que una menor oferta pueda generar un aumento en su valor para los inversores restantes. A pesar de esta propuesta, la quema de 47 millones de tokens no ha logrado frenar las pérdidas, lo que evidencia la naturaleza especulativa de este tipo de activos, cuyo valor depende en gran medida del sentimiento del mercado y la narrativa mediática más que de fundamentos sólidos.
En resumenLa extrema volatilidad del token WLFI, vinculado a Donald Trump, subraya los altos riesgos inherentes al mercado de 'politifi' y meme coins. Estos activos, impulsados en gran medida por la especulación y el sentimiento social, demuestran ser inversiones precarias, donde las pérdidas pueden ser tan rápidas y drásticas como las ganancias iniciales, a pesar de los intentos de estabilización mediante mecanismos como la quema de tokens.