El Gobierno de Colombia enfrenta una severa controversia nacional e internacional tras confirmarse la muerte de al menos 15 menores de edad en recientes operaciones militares, incluidos bombardeos, contra disidencias de las FARC. Estos hechos han reavivado el debate sobre los límites del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y la responsabilidad del Estado en la protección de niños, niñas y adolescentes reclutados forzosamente. El Instituto Nacional de Medicina Legal confirmó que entre agosto y noviembre de 2025, menores de entre 13 y 17 años fallecieron en cuatro operativos distintos en Guaviare, Amazonas y Arauca. La operación más letal ocurrió el 10 de noviembre en Calamar (Guaviare), donde murieron siete menores. El presidente Gustavo Petro defendió las acciones, argumentando que eran necesarias para neutralizar una “amenaza letal” de unos 150 disidentes contra un pelotón de 20 soldados. “Si dejo avanzar los 150 hombres de Iván Mordisco que iban por la selva, entonces emboscan 20 soldados jóvenes”, declaró, aunque lamentó las muertes, calificando a los menores como “víctimas del reclutamiento forzado”.
Esta postura generó un fuerte rechazo, dado que Petro, como senador, fue un crítico vehemente de bombardeos similares bajo gobiernos anteriores. La Defensoría del Pueblo, a través de su directora Iris Marín, exigió al presidente suspender los bombardeos donde exista alta probabilidad de presencia de menores, afirmando que “el principio de humanidad debe prevalecer por encima de la guerra”.
La ONU también lamentó los hechos y condenó el reclutamiento. A raíz de la controversia, la Procuraduría General abrió cinco indagaciones preliminares para determinar si se cometieron infracciones al DIH, mientras que la Justicia Penal Militar y la Fiscalía General también iniciaron sus propias investigaciones para establecer si los protocolos se cumplieron.
En resumenLa muerte de al menos 15 menores en operaciones militares ha generado una crisis política y un profundo debate ético y jurídico en Colombia. Mientras el Gobierno justifica los bombardeos como una necesidad militar, la Defensoría del Pueblo, la ONU y la Procuraduría exigen investigaciones y un replanteamiento de las estrategias para proteger a la niñez en medio del conflicto.