Un conductor, identificado como Mauricio Cendales Parra, de 35 años, murió tras ser linchado por una turba de motociclistas en la localidad de Kennedy, en Bogotá, luego de que presuntamente atropellara a varias personas mientras huía de un incidente de tránsito. El suceso, ocurrido en la noche del 11 de noviembre, ha reavivado el debate sobre la justicia por mano propia y la intolerancia en la capital. Los hechos comenzaron en la Avenida de las Américas con Carrera 68, donde Cendales, al volante de una camioneta azul, habría arrollado a un motociclista. Esto desató una persecución por parte de un grupo de aproximadamente 200 moteros. En su intento de fuga, el conductor chocó con más vehículos y finalmente se estrelló contra un local de comidas rápidas en el barrio Tabakú.
En ese momento, la multitud lo sacó a la fuerza del vehículo y lo golpeó brutalmente con cascos, palos y otros objetos. Aunque la policía intervino, Cendales falleció en la Clínica de Occidente por politraumatismos. El caso presenta complejidades, ya que familiares de la víctima revelaron que sufría de cuadros de depresión y ansiedad, y que ese día habían solicitado sin éxito ayuda policial para internarlo. Además, Cendales tenía un historial de más de dos millones de pesos en multas de tránsito y una condena previa por acceso carnal violento, de la cual fue absuelto en apelación.
El alcalde Carlos Fernando Galán condenó el linchamiento, afirmando que “nada justifica un linchamiento”.
Las autoridades han identificado a cuatro de los presuntos agresores y avanzan en la investigación para judicializarlos.
En resumenLa muerte de Mauricio Cendales a manos de una turba en Bogotá, tras un atropellamiento múltiple, evidencia una alarmante espiral de violencia y justicia por mano propia. El caso, complejizado por los antecedentes de salud mental y el historial de infracciones del conductor, plantea serios interrogantes sobre la intolerancia ciudadana y la respuesta institucional ante las crisis.