Uno de ellos, de aproximadamente 35 años, falleció en el lugar debido a un trauma craneoencefálico severo y un traumatismo toracoabdominal, llegando sin signos vitales al Hospital de Kennedy. El segundo hombre, de unos 40 años, fue ingresado con heridas graves, incluyendo un trauma vascular en el cuello y una esquirla en el cráneo, y falleció a la mañana siguiente a pesar de los esfuerzos médicos. El coronel Álvaro Mora, comandante operativo de seguridad ciudadana, descartó que se tratara de un atentado y atribuyó el hecho a la manipulación del artefacto por parte de las víctimas. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, lamentó el suceso e hizo un llamado al Gobierno Nacional para fortalecer los controles sobre la circulación de armas y explosivos en la ciudad. El caso ha generado una investigación para determinar cómo el artefacto explosivo llegó a manos de civiles.