La familia del fallecido reveló que este padecía problemas de salud mental, incluyendo “ansiedad y estrés”, y que había estado internado por “conductas agresivas”. Su sobrino, Francilides Rodríguez Cendales, relató que su tío manejaba negocios que le generaban mucho estrés y que a veces pasaba días sin dormir, lo que pudo haber exacerbado su estado. Desmintió que estuviera bajo los efectos del alcohol, atribuyendo su comportamiento a un “momento de agresividad”. Adicionalmente, se conoció que Cendales Parra tenía un historial judicial que incluía una condena a 17 años de prisión por acceso carnal violento, de la cual fue absuelto en apelación, además de múltiples comparendos de tránsito vigentes. Este evento ha generado un fuerte debate sobre la justicia por mano propia y la capacidad de las autoridades para controlar la violencia ciudadana.