La defensa de Suárez, por su parte, ha intentado argumentar que no existió la intención de matar, sino de lesionar. El móvil del ataque, un presunto acoso por parte de Moreno a una de las mujeres del grupo, ha sido cuestionado por la investigación, ya que las cámaras de seguridad del bar Before Club “desmontan la versión”. El padre de la víctima, Jaime Alberto Moreno, expresó su dolor y desconcierto ante la sevicia del ataque, afirmando: “Todavía no me acostumbro a hablar de él en pasado”. La jueza del caso ha sido enfática en la brutalidad del crimen, destacando el informe médico que describe el estado de la víctima al ingresar a urgencias con un “coma severo” y múltiples traumas. En una de las audiencias, la jueza señaló que no ha visto en Suárez “algún grado de arrepentimiento”. El proceso también ha puesto el foco en el rol de las mujeres que acompañaban a los agresores, especialmente Kleidymar Fernández Sulbarán, a quien la familia de la víctima, a través de su abogado, pide investigar como posible instigadora del crimen.