Sin embargo, mientras vehículos de la OEA se dirigían a recogerlos, la comunidad los volvió a secuestrar. Un comunicado de las comunidades locales condicionó su liberación definitiva a la presencia de la mujer capturada en las negociaciones. El Ejército Nacional rechazó firmemente el secuestro, calificándolo como una violación al derecho internacional humanitario y denunciando el uso de la población civil por parte de los grupos armados para obstruir la acción de la justicia. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, atribuyó el hecho a una “perversa alianza para fomentar el crimen”.

Finalmente, los soldados fueron liberados por segunda vez y quedaron bajo protección del Ejército.