El joven fue trasladado al Hospital de Chapinero y luego al Simón Bolívar, donde falleció a causa de un trauma craneoencefálico severo. La investigación avanzó rápidamente con la captura en flagrancia de Suárez Ortiz, a quien la Fiscalía le imputó el delito de homicidio agravado y un juez legalizó su captura, solicitando medida de aseguramiento.

Otras dos mujeres que lo acompañaban fueron detenidas preventivamente, pero quedaron en libertad por falta de pruebas.

La familia de Moreno ha exigido justicia a través de un comunicado, describiendo a su hijo como un “excelente ser humano” y pidiendo que los responsables reciban “todo el peso de la ley”. La Universidad de los Andes también lamentó el suceso y ofreció colaboración a las autoridades.