En su defensa, el general Mejía justificó su decisión alegando que buscaba evitar una asonada de unas 200 personas contra los soldados.

Sin embargo, este no es el primer cuestionamiento contra el alto oficial.

Informes de contrainteligencia militar previos ya habían advertido sobre una 'pérdida de confianza' y posibles vínculos con disidencias de las FARC durante su comandancia en Guaviare. La Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación en su contra por el presunto delito de concierto para delinquir.