Tras conocerse la fuga, las autoridades activaron un “plan candado” y desplegaron un amplio operativo para la recaptura de los evadidos.

Uno de los fugados fue recapturado minutos después del escape, y posteriormente, dos más se entregaron voluntariamente.

Sin embargo, 15 de ellos continúan prófugos. La Policía ha ofrecido una recompensa que se duplicó de cinco a diez millones de pesos por información que conduzca al paradero de cada uno de los reclusos restantes. La situación ha puesto de relieve el problema de hacinamiento en las estaciones de policía, que no están diseñadas para reclusiones a largo plazo, una problemática denunciada por organismos de derechos humanos. Paralelamente a la búsqueda, se ha iniciado una investigación disciplinaria para esclarecer las circunstancias de la fuga y determinar si hubo fallas en los protocolos de seguridad.