Fue detenido arbitrariamente y condenado en 1997 basándose en falsos testimonios, en un proceso plagado de irregularidades propio de la extinta “justicia sin rostro”, donde se ocultaron identidades de jueces y testigos. Sastoque pasó más de diez años privado de la libertad hasta obtener la libertad condicional en 2005. Su inocencia fue finalmente confirmada en octubre de 2020, cuando excomandantes de las Farc-EP reconocieron ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ser los autores del asesinato de Pizarro, pidiendo perdón a Sastoque por el montaje judicial.

Durante el acto, la fiscal Camargo afirmó: “expresamos nuestras más sinceras disculpas y reiteramos con total claridad que usted siempre fue inocente”.

Por su parte, Sastoque, visiblemente afectado, declaró que “el perdón ya no sirve para nada porque el daño ya me lo hicieron”, y responsabilizó a la justicia por la muerte de su madre, quien, según él, falleció a causa del sufrimiento por su condena.