Según los informes iniciales, no presentaba signos visibles de violencia, pero la escena generó sospechas: junto al cadáver se encontró una nota con la advertencia “Ojo, no tocar plato, ni pan, ni vaso, ni marcador”. Este detalle llevó a que la Sijín y el CTI de la Fiscalía asumieran la investigación para determinar si se trató de un suicidio o un homicidio. La relevancia del caso escaló rápidamente debido al rol de Serrano en la acción de nulidad electoral contra Jaime Beltrán por doble militancia. La situación se tornó aún más compleja cuando el presidente Gustavo Petro, a través de la red social X, afirmó que a la abogada “la han asesinado”, atribuyendo el hecho a “gentes llenas de odio”. La declaración provocó una respuesta inmediata de Beltrán, quien rechazó cualquier vinculación, acusó al presidente de perfilarlo y lo responsabilizó por su seguridad y la de su familia. El exalcalde calificó la situación como una “persecución política” y pidió celeridad a la Fiscalía para esclarecer los hechos.
La tensión aumenta al conocerse que otro de los demandantes en el mismo proceso, Juan Nicolás Gómez, denunció haber recibido amenazas que lo obligaron a abandonar Bucaramanga, mientras que Serrano había manifestado a sus colegas sentir temor por el proceso judicial.