La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) marcó un hito en la implementación del Acuerdo de Paz al emitir sus dos primeras sentencias restaurativas contra exmiembros de las FARC-EP y de la fuerza pública. Sin embargo, el tribunal ha lanzado una advertencia urgente sobre la falta de recursos para ejecutar las sanciones, lo que podría poner en riesgo la reparación a las víctimas. La primera sentencia, emitida el 16 de septiembre, condena a siete exintegrantes del último Secretariado de las FARC a ocho años de sanción propia por su responsabilidad en más de 21.000 secuestros (Macrocaso 01).
La segunda sanciona a 12 exmilitares del Batallón La Popa por 135 ejecuciones extrajudiciales, conocidas como 'falsos positivos' (Macrocaso 03).
Las sanciones no implican cárcel, sino la realización de Trabajos, Obras y Actividades con contenido Restaurador-Reparador (TOAR), como desminado humanitario, búsqueda de desaparecidos, proyectos ambientales y actos de memoria. El presidente de la JEP, Alejandro Ramelli, alertó que la implementación de estas sanciones requiere 121.858 millones de pesos, pero el presupuesto nacional para 2026 solo garantiza 20.000 millones, dejando un déficit superior a los 100.000 millones. La JEP instó “con urgencia” al Gobierno y al Congreso a asegurar los fondos, advirtiendo que de ello depende el cumplimiento de los compromisos con las víctimas y la comunidad internacional.
En resumenLa JEP ha dado un paso histórico al proferir sus primeras sentencias restaurativas, materializando un pilar del Acuerdo de Paz. No obstante, la viabilidad de estas sanciones y la efectiva reparación a las víctimas ahora dependen críticamente de la asignación de los recursos económicos necesarios por parte del Gobierno Nacional y el Congreso.