La última persona que lo vio con vida fue su hermano Juan Carlos, con quien almorzó ese día.

Once días después, sus restos calcinados fueron hallados dentro de su vehículo en un cañaduzal en el corregimiento de Navarro, zona rural de Cali. Durante el tiempo de la desaparición, Juan Carlos fue una figura pública activa, expresando en redes sociales su angustia y posterior dolor. En un mensaje tras el hallazgo del cuerpo, escribió: "Con el corazón lleno de tristeza, queremos informar que, después de 11 días de angustiosa búsqueda, hemos encontrado a nuestro amado hermano". Sin embargo, el 18 de septiembre, cinco meses después del crimen, agentes del CTI de la Fiscalía capturaron a Juan Carlos en su lugar de trabajo, la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, donde se desempeñaba como jefe de protocolo. Está señalado como presunto determinador de los delitos de desaparición forzada y homicidio agravado.

En el operativo también fue capturada una segunda persona presuntamente vinculada.

La hija de la víctima, Alejandra Uribe, ha manifestado que cree que el crimen fue planeado con premeditación, relatando con dolor: "Lo desmembraron y luego lo quemaron. Lo que recibimos fueron fragmentos y cenizas".