La Contraloría General respaldó estas denuncias al revelar que la EPS tenía pasivos superiores a los 5 billones de pesos en 2022 y que se encontraron facturas sin registrar por 5 billones adicionales durante la intervención. El presidente Petro denunció que “se gastaron la plata en cheetos, papas fritas y paletas”, y señaló que la estructura de propiedad de la EPS, compartida entre el Estado y cajas de compensación, habría favorecido la contratación con sus propias clínicas y farmacias.