Las versiones sobre el suceso son contradictorias.

La Armada Nacional, en un comunicado, afirmó que su personal actuó siguiendo protocolos al detectar una embarcación que navegaba a alta velocidad, sin luces y en curso de colisión, considerándola una amenaza. Por su parte, la Alcaldía de Mosquera denunció que el ataque se produjo "sin advertencia previa" y que el desplazamiento en horas de la madrugada obedecía a la necesidad de aprovechar la marea alta, una práctica común en la región. La alcaldesa Pineda relató que la lancha de la Armada pasó a su lado y luego les dispararon "desde atrás". El presidente Gustavo Petro se pronunció lamentando el hecho y atribuyéndolo a un "incumplimiento de los protocolos de seguridad" por parte de la guardia en un retén oficial en Tumaco. A raíz del incidente, la Procuraduría abrió una indagación disciplinaria para determinar si hubo un incumplimiento en los protocolos de uso de la fuerza y citó a declarar a la alcaldesa y al comandante de la unidad militar involucrada.