Su cuerpo fue encontrado 18 días después en el río Frío, a escasos 300 metros del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles Bilingüe, lugar donde fue vista por última vez.

La Fiscalía General de la Nación confirmó la identidad del cuerpo y avanza en la investigación bajo la hipótesis de homicidio. La principal duda surge del hecho de que la zona del hallazgo ya había sido rastreada en más de 20 ocasiones por equipos de búsqueda con drones, buzos y caninos. Tanto el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, como el abogado de la familia, Julián Quintana, han calificado de “improbable” que el cuerpo hubiese permanecido allí todo el tiempo, lo que sugiere que pudo haber sido colocado en el lugar recientemente. “Para nosotros, Valeria fue puesta allí”, afirmó el gobernador.

Esta situación ha intensificado las pesquisas sobre la posible intervención de terceros. Paralelamente, la familia y su defensa han solicitado a la Fiscalía investigar a fondo la responsabilidad del colegio, denunciando graves fallas de seguridad, como cercas vulnerables, y una presunta manipulación de la escena del delito, ya que los huecos en la malla perimetral habrían sido reparados después de la desaparición. El director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, anunció la conformación de un equipo élite para esclarecer el caso que hoy enluta a Colombia.