Una masacre en una finca de Mesitas del Colegio, Cundinamarca, que dejó tres personas muertas y tres heridas, ha sido catalogada por las autoridades como un ajuste de cuentas entre bandas criminales. La investigación reveló que varias de las víctimas tenían un extenso prontuario judicial, lo que aleja la hipótesis de un ataque contra turistas. El ataque ocurrió la tarde del 19 de agosto en la finca Villa Claudia, ubicada en la vereda San Ramón, cuando al menos cuatro hombres armados que llegaron en motocicleta abrieron fuego indiscriminadamente. Las víctimas mortales fueron identificadas como Anguel Natalia Vaca Santamaría (24 años), Sol Margarita Morales Lara (67 años) y Jobany Javier Chivata Daza (44 años), todos miembros de una misma familia que residía en la propiedad y administraba un negocio de piscina.
El alcalde del municipio, Diego Andrés López, aclaró que no se trataba de turistas, sino de residentes. La principal hipótesis de la Policía de Cundinamarca es una “vendetta” o ajuste de cuentas entre bandas delictivas con origen en Bogotá, descartando la participación de grupos armados ilegales. Esta teoría se sustenta en que las víctimas tenían antecedentes judiciales por delitos como concierto para delinquir, porte ilegal de armas, hurto calificado, tráfico de estupefacientes e incluso homicidio. Se menciona que Chivata Daza y Morales Lara estarían vinculados a una banda conocida como ‘Los Avatars’, dedicada a robos en zonas rurales, y que Chivata también habría pertenecido a una red de hurto de carros de valores implicada en el asesinato de un policía en Bogotá.
En resumenLa masacre de tres miembros de una familia en Mesitas del Colegio no fue un acto aleatorio, sino un ataque dirigido, según las autoridades. El historial delictivo de las víctimas es la principal línea de investigación, apuntando a un conflicto entre organizaciones criminales de Bogotá que se saldó con violencia en Cundinamarca.