En una historia de Instagram, Salvio publicó imágenes de las ventanas rotas y compartió un contundente mensaje: “Así nos reciben los hinchas locales.

No cambiamos más, no mejoramos más.

¡Lamentable!

¿Hasta que no maten a un jugador no van a cambiar?”.

Este hecho pone de manifiesto la persistencia de la violencia en el entorno del fútbol sudamericano, incluso cuando se toman medidas disciplinarias como jugar sin público. La sanción original a la Universidad de Chile se debió a disturbios protagonizados por sus seguidores en la fase de octavos de final contra Independiente, lo que subraya un patrón de comportamiento problemático. El ataque al bus de Lanús demuestra que las medidas restrictivas dentro de los estadios no siempre son suficientes para erradicar la violencia, que se desplaza a los alrededores y pone en riesgo la integridad de los deportistas.