Este resultado adverso sentó un precedente negativo para el resto del semestre, afectando la confianza del plantel y exacerbando la presión sobre el cuerpo técnico, lo que eventualmente llevó a la salida del entrenador David González. La incapacidad para avanzar en la Sudamericana, sumada a los malos resultados en los torneos locales, evidencia una mala planificación deportiva y una crisis de resultados que la nueva dirección técnica de Hernán Torres ahora intenta revertir. La temporada, calificada como "para el olvido", tuvo en esta eliminación uno de sus momentos más críticos, reflejando la desconexión entre las expectativas de la hinchada y el rendimiento del equipo en el campo.