El triunfo del 'Blanco Blanco' en el Estadio Banco Guayaquil de Quito es considerado un golpe de autoridad, no solo por la contundencia del marcador, sino por haberlo logrado ante el líder del fútbol ecuatoriano y dos veces campeón del torneo. El equipo dirigido por Hernán Darío Herrera planteó un partido inteligente, neutralizando las fortalezas de un rival acostumbrado a dominar en su casa y aprovechando las oportunidades con una eficacia letal. La solidez defensiva, comandada por un inspirado arquero James Aguirre, y la disciplina táctica fueron pilares para mantener su portería en cero. La situación se tornó aún más favorable para el conjunto colombiano tras la expulsión de Mateo Carabajal en Independiente del Valle al minuto 34, lo que permitió a Once Caldas manejar el partido con mayor control y superioridad numérica durante gran parte del encuentro. Esta victoria no solo representa una ventaja deportiva de cara al partido de vuelta, programado para el 24 de septiembre en el Estadio Palogrande, sino que también inyecta una dosis de confianza y moral a un plantel que busca hacer historia en su primera participación en este certamen. El resultado posiciona a Once Caldas como un fuerte candidato para avanzar a las semifinales, una instancia que no había alcanzado previamente en la competición, y reafirma su estatus como el único representante colombiano vigente en torneos internacionales.
