El conflicto surgió a raíz de la programación del partido de ida de los cuartos de final, pactado para el miércoles 17 de septiembre en Ecuador, y un compromiso por la Liga BetPlay contra América de Cali, fijado para apenas dos días después, el viernes 19 de septiembre.

La logística para cumplir con ambos encuentros es extremadamente compleja. El equipo de Manizales regresaría a Colombia en la madrugada del jueves y tendría que viajar por tierra de inmediato a Cali para jugar el viernes, sin tiempo adecuado para la recuperación y preparación. Ante esta situación, la Dimayor propuso mover el partido de liga al sábado 20, pero América de Cali se ha negado a aceptar el aplazamiento.

Según informes periodísticos, la postura del club caleño podría deberse a que ellos enfrentaron una situación similar previamente en la temporada sin recibir concesiones.

Este impasse pone a Once Caldas en una situación de desventaja competitiva y resalta las dificultades de coordinación entre los torneos locales e internacionales.