En un comunicado, el club argentino lamentó la situación afirmando que “perdió el fútbol, ganaron los violentos”.

Por su parte, Universidad de Chile, que avanzó a cuartos de final por la descalificación de su rival, también recibió un castigo severo: una multa de aproximadamente 270.000 dólares y la obligación de jugar siete partidos como local sin público, además de una prohibición similar para sus hinchas en condición de visitante. Esta decisión reconfigura el cuadro del torneo, aclarando el camino para equipos como el Once Caldas, que podría enfrentarse a la U. de Chile en una hipotética final.