Su velocidad, desequilibrio y capacidad para generar peligro fueron un problema constante para la defensa del América.
Su destacada participación no solo fue reconocida por la prensa, sino también por la propia CONMEBOL, que lo incluyó en el once ideal de la fase de octavos de final. La ironía de la situación radica en que fue un jugador colombiano quien, con su talento, terminó con las aspiraciones de uno de los equipos históricos de Colombia en el certamen continental. Su actuación es un reflejo del buen momento que viven varios futbolistas colombianos en el exterior, quienes se han convertido en piezas fundamentales para sus clubes en competiciones de alto nivel. Para el América, la eliminación a manos de un Fluminense liderado por un compatriota agudiza la crisis que vive el club, mientras que para Serna representa la consolidación de su buen momento en el fútbol brasileño.