Los incidentes comenzaron antes del partido y se intensificaron durante el mismo.

Según versiones de prensa, la violencia estalló cuando aficionados del equipo visitante presuntamente robaron una bandera local, lo que desató una respuesta desmedida de los hinchas de Independiente.

El partido, que se encontraba empatado 1-1 al minuto 50, fue suspendido por la CONMEBOL. La falta de un cordón de seguridad adecuado y la ineficacia del operativo policial fueron señalados como factores clave que permitieron la escalada de la violencia. La situación ha generado una fuerte condena a nivel internacional, al punto que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, instó a la CONMEBOL a imponer "sanciones ejemplificadoras" contra los responsables. La Unidad Disciplinaria de la CONMEBOL está recopilando información y se espera una decisión en los próximos días. Entre las posibles sanciones se contempla la descalificación de ambos clubes del torneo, lo que beneficiaría a Alianza Lima, que avanzaría directamente a las semifinales.