Ambos equipos llegan a esta instancia tras demostrar una gran solidez a lo largo del torneo, consolidándose como potencias en la región. Flamengo, en particular, ha mostrado un momento formidable bajo la dirección de Filipe Luis, siendo colíder del Brasileirao y exhibiendo un fútbol de alto nivel que lo posiciona como un fuerte contendiente. La final no solo definirá al campeón de América, sino que también representa un choque de estilos y proyectos deportivos de dos gigantes de Brasil que han dominado el panorama continental en los últimos años. La elección de una sede única para la final, una práctica que CONMEBOL ha implementado en las últimas ediciones, busca replicar el modelo de las finales europeas, ofreciendo un espectáculo centralizado para los aficionados de todo el mundo. La expectativa es alta para este enfrentamiento, que promete ser un duelo táctico y de gran intensidad entre dos plantillas repletas de estrellas.