Esta medida histórica formaría parte de una estrategia para internacionalizar el torneo y aumentar su interés a nivel global.

Juan Emilio Roa, director comercial de la CONMEBOL, confirmó que la propuesta “normalmente se pone sobre la mesa y se evalúa” dentro de la organización. La iniciativa busca expandir la marca de la Libertadores más allá de sus fronteras tradicionales, siguiendo un modelo similar al de algunas competiciones europeas que han llevado sus finales a otros continentes. Según Roa, la confederación está trabajando en un conjunto de medidas “para que el interés crezca fuera de Sudamérica”, una estrategia que cobra especial relevancia mientras se negocian los derechos de transmisión para el ciclo 2027-2030. Aunque la final de 2025 ya está confirmada para Lima, la discusión sobre futuras sedes está en marcha. Como precedente, se recuerda la final de 2018 entre los rivales argentinos Boca Juniors y River Plate, que debido a actos de violencia se disputó en el estadio Santiago Bernabéu en Madrid. Aunque aquella decisión fue forzada por las circunstancias, demostró la viabilidad y el interés que una final de Libertadores puede generar en Europa. La evaluación de esta propuesta abre un debate entre los beneficios comerciales de la globalización y la tradición de mantener el partido más importante del continente cerca de sus hinchas.