Esta medida estratégica, que implicaría un cambio histórico en el formato del torneo, busca internacionalizar la competición y aumentar su interés a nivel global. La propuesta fue confirmada por Juan Emilio Roa, director comercial de la CONMEBOL, quien en declaraciones al portal estadounidense The Athletic afirmó: “Este es un tema que normalmente se pone sobre la mesa y se evalúa”. Roa explicó que la eventual mudanza formaría parte de una estrategia “para aumentar el interés” fuera del continente. Este debate surge mientras la confederación discute la venta de los derechos de transmisión para el periodo 2027-2030 y sigue una tendencia ya vista en competiciones europeas, como las supercopas de España e Italia, que han llevado sus definiciones a otros países. Desde 2019, la final de la Libertadores se disputa a partido único en una sede neutral, un cambio que reemplazó el tradicional formato de ida y vuelta. Aunque la final de 2025 ya está confirmada para el 29 de noviembre en Lima, la discusión sobre futuras sedes está en marcha. El torneo ya tiene un precedente de una final fuera de sus fronteras: en 2018, el partido de vuelta entre River Plate y Boca Juniors se jugó en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid debido a actos de violencia en Buenos Aires, aunque aquella fue una decisión forzada por circunstancias excepcionales y no por una estrategia comercial.