Esta seguidilla de títulos evidencia una superioridad económica, técnica y competitiva que ha dejado atrás a las potencias tradicionales del continente, como los equipos argentinos, que en esta edición quedaron sin representantes en la final. De hecho, con la clasificación de Flamengo y Palmeiras, Brasil ha asegurado tener 10 de los últimos 12 finalistas del certamen. Este poderío no solo se refleja en los títulos, sino también en la capacidad de sus clubes para llegar a las fases finales de manera consistente. La final de 2025 tendrá un condimento adicional, ya que el campeón permitirá a Brasil igualar a Argentina como el país con más títulos en la historia de la Copa Libertadores, alcanzando la cifra de 25 trofeos. Este hito marcaría simbólicamente un cambio en el balance de poder histórico del fútbol sudamericano.