La hazaña comenzó a gestarse a los 20 minutos con un gol de cabeza del paraguayo Ramón Sosa. Justo antes del descanso, en el tiempo de adición (45+5'), Bruno Fuchs marcó el segundo tanto, dejando al equipo paulista a solo un gol de igualar la serie. En el segundo tiempo, la presión de Palmeiras continuó y la figura de Raphael Veiga fue decisiva. Al minuto 68, Veiga anotó el 3-0 que igualaba el marcador global y llevaba la definición, hasta ese momento, a los tiros desde el punto penal.

Sin embargo, la noche aún guardaba más emociones.

A los 82 minutos, el árbitro colombiano Wilmar Roldán sancionó un penal a favor de los brasileños tras una falta de Carlos Gruezo sobre Allan. El propio Veiga se encargó de ejecutar el cobro, definiendo al medio para sellar el 4-0 y el 4-3 en el global. Esta victoria no solo le dio el paso a la final, sino que también inscribió una nueva página memorable en la historia del torneo, comparable con otras grandes remontadas.