Durante los 90 minutos reglamentarios, ambos equipos mantuvieron un juego táctico y de muchas precauciones, sin lograr sacarse diferencias, lo que llevó el marcador a un empate 0-0.
La tensión se trasladó a la tanda de penales, donde las jugadoras del Cali demostraron temple y efectividad. La serie se definió 5-4 a favor de las colombianas, con un cobro decisivo de Stefanía Perlaza que desató la celebración. Esta clasificación representa un hito para el club vallecaucano, que nunca antes había llegado a la final del certamen.
En su participación de 2022, el equipo alcanzó las semifinales pero fue eliminado por Boca Juniors.
La delantera Michelle Vásquez resumió la emoción del momento con una frase que refleja el espíritu del equipo: “Si no se sufre, no es el Cali”. El técnico Jhon Albert Ortiz y sus dirigidas han consolidado una identidad de juego basada en una defensa sólida, presión alta y transiciones rápidas, factores que han sido clave para superar a rivales de jerarquía como São Paulo en cuartos de final y ahora a Colo-Colo, logrando así una cita con la historia en la gran final.










