El equipo ha demostrado un carácter competitivo inquebrantable, superando no solo a rivales de jerarquía sino también desafíos internos que engrandecen su hazaña. El espíritu del equipo quedó encapsulado en las palabras de la delantera Michelle Vásquez tras la sufrida victoria en semifinales: “Si no se sufre, no es el Cali”. Esta frase refleja la identidad de un grupo que ha hecho de la resiliencia su principal fortaleza.
A lo largo del torneo, las 'azucareras' han sido descritas como un equipo con “garra y corazón”, factores que han sido clave para alcanzar la ansiada clasificación.
Diversos reportes mencionan que el plantel ha enfrentado una temporada marcada por dificultades, incluyendo atrasos salariales y decenas de inconvenientes.
Sin embargo, en lugar de dejarse afectar por estas circunstancias, las jugadoras demostraron una notable unión y temple.
Esta fortaleza mental fue evidente en momentos decisivos, como la tanda de penales contra Colo-Colo, donde mantuvieron la calma y ejecutaron con una precisión impecable. La campaña, calificada como impecable, y su fútbol ofensivo son el resultado de un compromiso que trasciende lo profesional, convirtiendo al Deportivo Cali en un digno aspirante al título y un ejemplo de cómo la determinación puede sobreponerse a la adversidad.










