El Junior de Barranquilla enfrenta un panorama de incertidumbre de cara a su participación en torneos internacionales en 2026, ya que podría verse obligado a buscar una sede alterna fuera de su ciudad para disputar la Copa Libertadores o Sudamericana. Esta situación surge debido a un ambicioso proyecto de remodelación en su casa habitual, el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, que lo dejará inhabilitado para competencias de la CONMEBOL durante gran parte del año. Las obras en el Metropolitano incluyen la eliminación de la pista atlética y la ampliación de las graderías, lo que impedirá su uso para partidos internacionales. La alternativa natural del club, el estadio Romelio Martínez, tampoco es una opción viable para las fases de grupos de estos torneos, ya que su aforo de 8.000 espectadores no cumple con el mínimo de 10.000 exigido por la CONMEBOL.
Esta restricción obliga a la dirigencia del club 'Tiburón' a explorar otras plazas para ejercer su localía, barajando opciones en ciudades cercanas como Cartagena, Santa Marta, Montería o Valledupar.
Este no es un caso aislado en el fútbol colombiano, pues clubes como Millonarios y Atlético Nacional han enfrentado situaciones similares en el pasado.
Sin embargo, el impacto es significativo para Junior y para la ciudad de Barranquilla, que dejaría de albergar partidos continentales y perdería la ventaja deportiva que representa jugar en su tradicional fortín.
En resumenDebido a las remodelaciones del estadio Metropolitano y la insuficiencia del Romelio Martínez, Junior de Barranquilla deberá buscar una sede fuera de su ciudad para sus posibles partidos de Copa Libertadores en 2026, lo que representa un desafío logístico y deportivo para el club.