La salida de Atlético Nacional en los octavos de final de la Copa Libertadores ante São Paulo no solo fue un fracaso deportivo, sino también un significativo revés económico. Al no clasificar a los cuartos de final, el club antioqueño dejó de percibir 1,7 millones de dólares en premios otorgados por la Conmebol, una cifra considerable que impacta la planificación financiera de la temporada. Las competiciones internacionales representan una de las principales fuentes de ingresos para los clubes sudamericanos, y cada avance de fase se traduce en recursos frescos para fortalecer las nóminas, sanear deudas y desarrollar proyectos. En el caso de Nacional, los 3.240.000 dólares acumulados hasta los octavos de final fueron un ingreso importante, pero la cifra se quedó corta frente a las expectativas.
La pérdida del premio por avanzar a cuartos compromete parte del presupuesto y obliga a la directiva a buscar nuevas fuentes de ingresos para compensar el déficit.
Este golpe financiero se suma a la presión deportiva de un club acostumbrado a ser protagonista continental y que ahora debe reenfocar sus esfuerzos en los torneos locales. La eliminación subraya la alta dependencia que tienen los equipos colombianos de los premios de Conmebol para mantener su competitividad y estabilidad económica, haciendo que cada derrota en instancias decisivas tenga consecuencias que trascienden lo que sucede en la cancha. La directiva deberá ahora gestionar un semestre con menos recursos de los proyectados, mientras la hinchada exige resultados que estén a la altura de la historia del club.
En resumenLa derrota de Atlético Nacional en la Copa Libertadores tuvo un alto costo financiero, ya que el club perdió la oportunidad de ganar 1,7 millones de dólares en premios por avanzar a cuartos de final. Esta pérdida económica representa un duro golpe para el presupuesto del equipo y evidencia la importancia de los torneos Conmebol para la sostenibilidad de los clubes colombianos.