A pesar del resultado, el técnico Gandolfi expresó su orgullo por el rendimiento de sus jugadores.

"La primera palabra que se me viene es orgullo.

Tendría que revisar, pero hubo mucha superioridad ante el rival, tanto en lo táctico como en intensidad", afirmó el estratega.

Por su parte, São Paulo adoptó una postura más cautelosa, enfocándose en la solidez defensiva y esperando una oportunidad para contraatacar, una estrategia que le permitió cumplir su objetivo de no recibir goles en condición de visitante. El equipo brasileño, consciente de la dificultad de jugar en Medellín, valoró el empate como un resultado positivo. El arquero Rafael, figura del partido, destacó que "en un partido tan complicado como este, hay que valorar el empate". Con la serie igualada, la presión ahora se traslada a São Paulo, que deberá buscar la victoria en su casa, mientras que Atlético Nacional está obligado a marcar como visitante para seguir con vida en el torneo continental. La historia reciente favorece a Nacional, que en 2016 eliminó al equipo paulista en semifinales ganando 2-0 en el Morumbí.