Este reconocimiento destaca su labor al reinterpretar y elevar platos tradicionales de la cocina bogotana, como la sobrebarriga, el pollo sudado y el ahogao, a los estándares de la alta cocina internacional. El logro de Rodríguez, quien se formó en el SENA de Bogotá antes de trasladarse a España, representa un hito para la gastronomía colombiana.

Su propuesta en Quimbaya ha logrado cautivar tanto a comensales colombianos como extranjeros, demostrando que los sabores auténticos del país tienen un lugar en la escena culinaria más exigente del mundo.

La obtención de la estrella Michelin no solo es un triunfo personal para el chef, sino también una validación para la cocina nacional, que cada vez gana más reconocimiento fuera de sus fronteras. Este tipo de galardones impulsa la imagen de Colombia como un destino gastronómico y pone en valor la riqueza de sus ingredientes y recetas tradicionales, que, en manos de chefs como Rodríguez, se transforman en experiencias culinarias sofisticadas y memorables. Su éxito sirve de inspiración para nuevas generaciones de cocineros en el país y refuerza la idea de que la identidad culinaria colombiana puede competir y brillar en cualquier parte del mundo.