Juan Camilo Ortiz, gerente del lugar, afirmó: “Queremos eliminar el miedo a descorchar.

Nuestro propósito es que la gente experimente con la comida pensada para el vino”. Esta filosofía se complementa con cenas de maridaje que buscan elevar la cultura vinícola sin sacrificar la accesibilidad. La propuesta gastronómica está inspirada en el Mediterráneo, abarcando sabores desde España hasta influencias sirio-libanesas, y prioriza el producto local, con más del 99% de su materia prima de origen nacional. El menú incluye opciones como los gyros de camarón, el arroz caldoso de camarones, el lomo al carbón y una recomendada torta vasca de queso. Para completar la experiencia, el restaurante ofrece música en vivo de miércoles a sábado, transformando el ambiente y consolidándose como un destino que va más allá de la comida para ofrecer un momento memorable y sofisticado.