El enfoque del restaurante se basa en la calidad del producto hecho a mano, ofreciendo una carta que incluye pastas cortas, largas y rellenas, complementadas con sodas italianas y otros acompañamientos. Más allá del menú, el valor diferencial de Vecchia radica en la experiencia que promueve: un espacio para que las familias y amigos se reúnan y compartan, alejándose de la formalidad de la alta cocina para abrazar los sabores caseros y la generosidad de la cultura italiana. Los artículos lo describen como “el rincón donde la tradición italiana reúne a las familias en Bogotá”, subrayando su éxito en crear una atmósfera acogedora que resuena con un público que valora las experiencias genuinas. Este concepto conecta con una tendencia creciente en la restauración, donde los comensales no solo buscan buena comida, sino también un relato y un ambiente que les permita conectar emocionalmente con el lugar.

Vecchia logra esto al centrarse en la simplicidad, la calidad del producto y el acto universal de compartir la mesa.