Su descripción del sabor del borojó como similar al “plástico fundido” provocó una ola de reacciones, mezclando humor y críticas por parte de los usuarios.
En su video, Zhan prueba primero la granadilla y la guayaba pera con comentarios positivos. Sin embargo, la controversia surgió con el borojó, del cual cuestionó su “olor un poco fuertecillo” antes de probarlo y compararlo con “plástico derretido”. La reacción de los internautas fue inmediata, con comentarios como “el borojó es para jugo, solo jugo” y “Ni los Colombianos probamos el borojó así”. Este incidente se convirtió en un caso de estudio sobre la percepción sensorial y el choque cultural en la gastronomía. La experiencia de la ‘influencer’ demuestra cómo la falta de contexto sobre la preparación y el consumo de un alimento puede llevar a una interpretación errónea de su sabor.
Los artículos aprovechan la polémica para educar al público, explicando que el borojó, originario del Pacífico colombiano, es un superalimento conocido por sus propiedades energizantes y que comúnmente se consume en jugos o batidos endulzados, no crudo. El debate viral, por tanto, no solo giró en torno a una opinión, sino que también sirvió para reafirmar y difundir el conocimiento cultural sobre el uso adecuado de los productos locales.







