Su asombro ante un producto hecho a mano y su exclamación de “¡Muy bueno!” se convirtieron en el centro del fenómeno viral.

Este suceso va más allá de una simple anécdota; ilustra el poder de los migrantes como embajadores culturales y la capacidad de la comida callejera para crear conexiones genuinas. El orgullo con el que @arepito1 explica que la arepa es un símbolo de identidad nacional resonó fuertemente en la comunidad colombiana en línea, que celebró el reconocimiento internacional de uno de sus alimentos más emblemáticos. El episodio subraya cómo las plataformas digitales pueden amplificar momentos de intercambio cultural, convirtiendo una simple venta de comida en una vitrina para la gastronomía y la creatividad de un país. Como señala uno de los artículos, esta experiencia fue un recordatorio de que la arepa “sigue siendo un puente que une corazones alrededor del mundo”.