El diseño combina elementos industriales como madera, acero y cuero, creando un ambiente moderno y acogedor.

La carta se enfoca en cortes premium y mariscos frescos.

Entre los platos estrella se encuentran el Tomahawk de 900 gramos terminado sobre una piedra de sal del Himalaya, la Entraña Angus Prime y la Cola de Langosta traída desde San Andrés. La experiencia se complementa con un servicio detallado, donde los meseros guían a los clientes en la elección de sales y pimientas especiales y preparan la ensalada César directamente en la mesa. Otro de sus grandes atractivos es una cava con más de 200 etiquetas de vinos de diversas regiones del mundo, desde Mendoza hasta California, seleccionadas para maridar con la oferta culinaria.

Como afirma el chef Di Munno, el objetivo no es solo cocinar, sino "crear momentos" memorables para los visitantes.