Este precedente ha generado una fuerte discusión en el ámbito cultural y jurídico del país.

La productora Diana Bustamante Escobar ha defendido la película, indicando que su objetivo es “abrir una conversación nacional” sobre un episodio doloroso de la historia colombiana. Por su parte, el director y guionista Tomás Corredor ha expresado su preocupación por lo que considera un “peligroso futuro para la creación artística en Colombia”, calificando el fallo como un acto de censura. La película, que se centra en un lugar específico del Palacio durante la toma, forma parte de un conjunto de manifestaciones artísticas —incluyendo exposiciones y obras de teatro— que buscan mantener viva la memoria de los hechos ocurridos hace 40 años, abriendo espacios para el duelo colectivo y la reconstrucción de relatos que la historia oficial no siempre contiene.