El cineasta y su equipo han revelado detalles sobre su enfoque humanista del monstruo y su crítica a la arrogancia moderna. Según el compositor Alexandre Desplat, ganador del Óscar por su trabajo con Del Toro en 'La forma del agua', la película es una "gran epopeya, como Doctor Zhivago" y una "historia de amor lírica" entre Victor, Elizabeth y la Criatura. Desplat la considera la culminación de un tríptico temático junto a 'La forma del agua' y 'Pinocho', que comparten el mensaje de "aceptar al otro, al extranjero, al diferente". El propio Del Toro ha profundizado en la relevancia contemporánea del relato, comparando la arrogancia de Victor Frankenstein con la de "los políticos tiranos y los tech bros de Silicon Valley". En una entrevista, el director expresó su desinterés por la inteligencia artificial generativa, afirmando que prefiere "morir" antes que usarla, y la comparó con los pedazos de cadáveres que componen a la criatura. La película, descrita como un suntuoso melodrama gótico, se narra desde la perspectiva de la Criatura, explorando temas como el trauma, la crueldad humana y el perdón. Del Toro enfatiza que la obra aborda una crisis espiritual más que política, buscando poner al espectador "ante la imagen cruda y desnuda de su propia indefensión".