Del Toro enmarca esta película como la tercera parte de un tríptico temático junto a ‘La forma del agua’ y ‘Pinocho’, que comparten un mensaje central de xenofilia: “aceptar al otro, al extranjero, al diferente”. La narrativa, contada en parte desde la perspectiva de la Criatura, se enfoca en la humanidad del monstruo y la monstruosidad de su creador. Del Toro establece un paralelismo contemporáneo al comparar la “arrogancia ciega” de Victor Frankenstein con la de los “grandes de la tecnología” que desarrollan innovaciones como la inteligencia artificial sin considerar sus consecuencias. “Mi preocupación no es la inteligencia artificial, sino la estupidez natural”, afirmó el cineasta, subrayando la dimensión moral y espiritual de la historia. La producción promete ser un suntuoso melodrama gótico que explora el trauma, la crueldad humana y la catarsis del perdón, consolidando los temas recurrentes en la filmografía del aclamado director mexicano.