La nueva adaptación de 'Frankenstein', dirigida por el aclamado cineasta mexicano Guillermo del Toro, ha sido recibida con análisis profundos que destacan su enfoque compasivo hacia la criatura y su suntuosa estética gótica. La película explora temas recurrentes en la obra del director, como la humanidad en la monstruosidad y la oscuridad inherente al ser humano. Fiel al material original de Mary Shelley, Del Toro impregna la narrativa de emoción y pasión, desplazando la mirada hacia la criatura, interpretada por Jacob Elordi, para dotarla de una humanidad que contrasta con la arrogancia de su creador, Victor Frankenstein (Oscar Isaac). El director convierte a Victor en el verdadero villano de la ficción, un hombre movido más por el ego que por el dolor, mientras que la criatura, maltratada y despreciada, “brilla como una sublimación de la candidez y la ternura”. Visualmente, la película es descrita como un suntuoso melodrama gótico, donde la sintaxis visual de Del Toro utiliza reflejos y una paleta de colores simbólica, con el rojo sangre como tono predominante. El elenco se completa con figuras como Christoph Waltz y Mia Goth.
El guion no solo es erudito, sino que también explora la capacidad humana para la crueldad y la catarsis del perdón, temas que Del Toro considera relevantes en el contexto global actual. El propio cineasta ha declarado que su motivación trasciende lo político para adentrarse en lo espiritual: “Las atrocidades a las que asistimos tienen una razón de ser espiritual.
Y ahí se dirige mi Frankenstein”.
Así, la película se erige como un espectáculo de ópera trágica que reflexiona sobre la soberbia humana y el misterio de la vida, buscando que el espectador vea lo mil veces visto como si fuera la primera vez.
En resumenLa versión de 'Frankenstein' de Guillermo del Toro es una adaptación visualmente exuberante y emocionalmente profunda que humaniza a la criatura y demoniza a su creador. A través de su característico estilo gótico y romántico, la película explora temas como la arrogancia, la crueldad y la redención, consolidándose como una obra relevante y personal dentro de la filmografía del director.