En lo que los medios han calificado como una “dolorosa coincidencia” y una “cruel ironía”, Ferraz perdió la vida en circunstancias similares. El director viajaba en una avioneta privada que se estrelló en la región del Pantanal, en Mato Grosso do Sul, Brasil. En el accidente no hubo sobrevivientes y fallecieron otros tres ocupantes, entre ellos el documentalista Rubens Crispim Jr. y el prestigioso arquitecto chino Kongjian Yu.

Al momento de su muerte, Ferraz y su equipo se encontraban trabajando en un nuevo proyecto audiovisual sobre urbanismo sostenible, centrado en el concepto de “ciudades esponja” desarrollado por Yu. La comunidad artística ha lamentado profundamente la pérdida de un cineasta que dedicó su carrera a investigar y narrar una catástrofe aérea, solo para convertirse en víctima de una tragedia similar.