La trama sigue a Sarah (Robbie) y David (Farrell), dos solteros que, tras conocerse en una boda, se embarcan en una aventura por carretera donde descubren puertas que les permiten revivir momentos decisivos de su pasado.
Este elemento fantástico sirve como vehículo para explorar cómo sus historias personales y sus relaciones familiares, especialmente con sus padres, han moldeado sus fracasos amorosos y su identidad actual.
Los análisis destacan la dirección de Kogonada, elogiando sus "encuadres milimétricos" y una colorimetría que refleja las emociones de los personajes. El filme es descrito como una mezcla entre 'Maniac' y 'Before Sunrise', gracias a su enfoque en conversaciones auténticas y personajes con problemas reales con los que la audiencia puede identificarse. A pesar de un inicio que algunos consideran lento, la película es valorada como una propuesta fresca y profunda que aborda las relaciones humanas más allá del simple romance, convirtiéndose en una opción perfecta para quienes buscan una experiencia cinematográfica que invite a la reflexión.













