Dickinson ha descrito el proyecto como una obra profundamente personal, motivada por su vínculo con personas que han enfrentado estas realidades y su trabajo con organizaciones que atienden a personas sin hogar.
La película busca equilibrar el dolor del trauma con toques de humor, ofreciendo una mirada sensible y auténtica a una problemática social compleja. El filme tuvo una exitosa premiere en el Festival de Cannes, donde recibió importantes reconocimientos: el protagonista, Frank Dillane, fue galardonado como Mejor Actor, mientras que Dickinson recibió el prestigioso Premio FIPRESCI por su aporte al nuevo cine. Estos galardones han generado una considerable expectativa en torno a la ópera prima de Dickinson, posicionándola como uno de los debuts directoriales más prometedores del año y consolidando al actor como una nueva voz en la dirección cinematográfica.










