Este gesto histórico busca reparar simbólicamente a las víctimas y ofrecer una herramienta para las familias que aún buscan a sus seres queridos.

El ‘Libro Rojo’, llamado así por el color de su pasta, fue creado por el ICBF tras la catástrofe de 1985 para documentar a los menores rescatados, muchos de ellos huérfanos o separados de sus familias. El documento contiene 179 registros, 44 fotografías y más de 240 folios con nombres, actas de adopción y detalles sobre el paradero de los niños que quedaron bajo protección del instituto. Por años, existió el mito de que era un “catálogo de venta de niños”, pero el investigador Mario Villalobos Osorio aclara que su fin era la reunificación familiar. En un acto simbólico, la subdirectora del ICBF, Adriana Velásquez, destacó que la entrega del libro supera un “silencio histórico”.

El documento fue trasladado a Bogotá para su conservación y será digitalizado para hacerlo accesible al público, lo que permitirá a muchas familias continuar la búsqueda de sus seres queridos. La iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio que incluye la revisión de archivos en notarías y la Registraduría para esclarecer el destino de los menores.