Posteriormente, se realizó una evaluación médico-veterinaria que determinó que, a pesar del prolongado encierro, la mayoría se encontraba en buen estado general.

Sin embargo, dos de ellas presentaban bajo peso, probablemente debido a la falta de alimento y al estrés. Una vez finalizada la valoración, el equipo de fauna de la CAM liberó a los ejemplares en ecosistemas adecuados para su supervivencia: las más pequeñas fueron llevadas a un humedal en el municipio de Aipe, mientras que las de mayor tamaño fueron reintroducidas en zonas seguras del río Magdalena, su hábitat natural. La CAM destacó que la rápida notificación fue clave para evitar un desenlace fatal y reiteró el llamado a empresas y ciudadanos para reportar a tiempo este tipo de situaciones.